El año pasado no participé en esta iniciativa que
tiene la Fnac para bloggeros pero esta vez no he podido resistirme. Este
año la lista tiene que llegar como máximo a 2013 €, aquí tenéis mi breve lista.
El próximo 30 de Octubre se cumplirán 101 años del nacimiento del poeta Miguel Hernández. Firme defensor de la República, es encarcelado en 1939 por los golpistas. Debido a las infraumanas condiciones de la celda donde se encontraba recluído contrae una neumonía y fallece en prisión con tan solo 31 años.
En muchos de sus poemas habla de miseria, pobreza, hambre, explotación e injusticia social. Por desgracia siguen siendo temas de rabiosa actualidad. El que aparece a continuación, a pesar de ser uno de los mas conocidos, me sigue sobrecogiendo cada vez que lo leo o escucho.
El niño yuntero
Carne de yugo, ha nacido más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.
Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatifecho arado.
Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.
Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.
Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra,
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.
Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.
Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.
A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.
Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepurtura.
Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.
Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
resuelve mi alma de encina.
Le veo arar los rastrojos
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.
Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.
¿Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?
Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.
Entre las versiones musicalizadas del poema destacan las de Serrat y la de Victor Jara. El vídeo de Serrat corresponde a una actuación de 1972 en Perú. El de Victor Jara es un montaje de la canción , editada en 1971 en su disco 'El derecho de vivir en paz', sobre fotos y grabaciones de otra actuación.
Bueno, para pasar el mal trago que puede suponer recordar los momentos de barbarie y miseria provocados por los fascistas, dejo algunas joyas que el universo de internet pone a nuestro alcance.
Los Mocedades no defraudan con esta versión del poema a ritmo de chacarera grabado en 1984 para un especial de TVE.
Delirante versión del grupo Madrigal, la grabación (no menos delirante) data de 1980 durante el XXI Festival Español de la Canción de Benidorm.
A ritmo de Rap.
Y hasta en el cole.
Volviendo a la evidencia de que viejas reivindicaciones siguen plenamente vigentes, pongo a continuación unas imágenes que tomé hace unos días, dando un vuelta por el museo Reina Sofía.
Carteles de Mayo del 68.
Quino debió escribir esta tira en los 70, quizá antes... pero parece de la semana pasada.
Como es habitual, dejo unos enlaces por si quereis profundizar en la obra o la vida del poeta:
Hace unos días, la amiga de un amigo, encontró por el monte algunas florecillas solitarias como la que aparece en la fotografía que ilustra esta entrada, ¡chas! foto, descargar tarjeta de memoria, correo a Ricardo y, tras un año sin alimentar este famélico blog, se me han terminado las excusas para prolongar mas la hambruna (que palabra mas fea ¿verdad?, y encima está de moda).
El color de la plantita (diría que es un crocus) me viene de perlas, es violeta, así se llama mi hija y también Violeta Parra. Ella escribió el poema que aparece a continuación. Había pensado poner otras canciones mas conocidas como 'Run Run se fue para el norte' o tal vez 'Volver a los 17', pero al final me decidí por esta.
Este desgarrador texto se hizo canción y vió la luz cuando su hija Isabel Parra, lo musicalizó tras la muerte de su madre. Sobre la figura de Violeta Parra se han escrito ríos de tinta. Recientemente se ha estrenado una película sobre ella, 'Violeta se fue a los cielos' dirigida por Andrés Wood. Este es el trailer:
La peli parece interesante, aunque a su nieta Tita Parra no le gustado mucho, en este enlace podréis leer sus apreciaciones, tituladas 'Una Violeta que ni se lava ni se peina ni se baña'
Doy las gracias a Inma por la foto, me ha ayudado a terminar con la sequía. Ya lo decía Silvio Rodríguez en 'Te doy una canción': '...y como pasa el tiempo, que de pronto son años...' . Y justito un año ha pasado.
Para terminar, ahí va un cuentecillo que se titula así, 'Ha pasado un año'
El langostino de mayor tamaño cayó en su plato. Se estrenaba mantel con servilletas almidonadas. La cubertería brillaba como nunca antes lo había hecho. El abrazo de su hija duró un instante más de lo habitual. Aunque quizá fue la calidez del último beso de su pareja lo que le hizo no abrir aquella carta y lanzarse por la ventana.
Ha pasado un año y la carta del laboratorio sigue cerrada… quizá todos nos equivocamos y el tumor era benigno.
Llevaba tiempo queriendo hablar de Edith Piaf (1915-1963) y debo comenzar diciendo que esta entrada está inspirada en otra que recientemente publicó Hache en su blog 'hachequehache'.
La vida de Edith estuvo marcada por la desdicha. Hija de padres alcohólicos, queda al cuidado de su abuela materna, de quien se cuenta que en lugar de leche la alimentaba con vino ya que creía que éste eliminaba los microbios. Después pasa a ser cuidada por su abuela paterna, quien regentaba un burdel donde es criada por las prostitutas de la casa... Y es que la realidad siempre ha superado a la ficción.
La canción para esta entrada, escrita por Michel Vaucaire, la interpretó en 1961 en el Olympia de París y se adapta perfectamente a su persona.
La verdad es que este vídeo me sobrecoge cada vez que lo escucho pero es el único de libre difusión que he podido conseguir. En cuanto encuentre otro lo cambiaré.
Para que bebamos la rubia cerveza del pescador Schiltigheim,
Para que amemos Carcassonne y Chartres, Chicago y Quebec,
torres y puertos.
Los blancos molinos harineros y la luz de las altas ventanas de la noche
encendidas para los hombres de frac y para los ladrones.
Y las islas en donde los Kanakas comen plátanos fritos
y bajo el sol y bajo las palmeras entre ágiles mulatas suenan los ukeleles.
Islas, dije, las islas, soles rojos, platillos para Darius y Milhaud.
¡Tener un corazón ligero! Vale decir amar a todas las mujeres bellas,
y una moral ligera, vale decir andar con gitanos alegres
y dormir en un puerto un ocaso cualquiera y en otro puerto y otro
y andar con suavidad y con desenvoltura de fumador de opio.
Para que a cada paso, una mañana (un paisaje) o una emoción o una contrariedad
nos reconcilien con la vida pequeña y su muerte pequeña.
Para que un día nos queden unos cuantos recuerdos: decir estuve,
estuve en tal pasión, en tal recodo. Estuve, por ejemplo,
en la feria de Aubervilliers una mañana, con un trozo de asado,
una amistad tranquila, la mesa clara, el perro, el buen hablar
y afuera, las verduleras de París chapoteando con los zuecos en la nieve.
Para que bebamos la rubia cerveza del viejo pescador Schiltingheim
es necesario no asustarse de partir y volver, compañeros (camaradas).
Estamos en una encrucijada de caminos que parten
y caminos que vuelven.
La canción escogida para esta entrada está compuesta por la escritora y poetisa Maria Elena Walsh. Hace justo un año la escuché en la voz aterciopelada de Patricia Badián, una joven argentina afincada en Zaragoza. Lamento no haber podido localizar ningún video de esa actuación.
Extraño mes de Mayo. Nada hacía suponer que dos amigos partirían casi a la vez. Aunque no se han ido para siempre, ya no será fácil compartir nuestras mañanas. Era gente de la que no sobra, por eso voy a echarles tantas veces en falta. En esta ocasión ha sido muy complicado escoger un texto, quizá por ello ha pasado mas de un mes sin que me atreviese a alimentar este famélico blog. Al final, como no podía ser de otra forma, este tango de Enrique Santos Discépolo es perfecto para Andrés y Alberto.
YIRA, YIRA
Cuando estén secas las pilas
de todos los timbres
que vos apretás,
buscando un pecho fraterno
para morir abrazao...
Cuando te dejen tirao
después de cinchar
lo mismo que a mí.
La indiferencia del mundo
-que es sordo y es mudo-
recién sentirás.
Cuando manyés que a tu lado
se prueban la ropa
que vas a dejar...
te acordarás de este otario
que un día, cansado,
¡se puso a ladrar!
Verás que todo el mentira,
verás que nada es amor,
que al mundo nada le importa...
¡Yira!... ¡Yira!...
Aunque te quiebre la vida,
aunque te muerda un dolor,
no esperes nunca una ayuda,
ni una mano, ni un favor...
Enrique Santos Discépolo ( Buenos Aires 1901 - 1951)
Permitidme que lo haya 'tuneado' ligeramente y, aunque se entiende muy bien, que indique a continuación el significado de algunas palabras: